martes, 23 de abril de 2019

EL NACIMIENTO DE ROMA (I)


               Hace unos 2800 años, el centro de Italia estaba ocupado por varios grupos tribales que se distribuían por lo que se llamamos "El Lacio". Estos pueblos se encontraban en la Edad del Hierro, y su mayor influencia era la cultura Etrusca, con la que lindaba al norte, y que incluía ciudades como Veyes, Volci, Tarquinia o Perusia. Y estos pueblos latinos comenzaron a reunirse en torno a una de sus poblaciones, que comenzó a extenderse a través de varias colinas situadas cerca del río Tíber...

               Vaya coñazo, ¿no? Vamos a darle caña a esto.

               ¡¡¡Guerra!!! ¡¡¡Destrucción!!!¡¡¡Masacre y Aniquilación!!! Después de diez años de guerra con los troyanos, Ulises ha conseguido burlar las defensas griegas, meter a un caballo de madera dentro y colarse con unos amiguetes, han abierto las puertas y Agamenón, Menelao y su cuchipandi están montando una fiesta de Latin Kings albanokosovares en la ciudad. Se han cargado a Héctor, se han cargado a Príamo, se han cargado a Paris, han apresado a Hécuba, a Casandra y a Andrómaca. Hasta han tirado por un balcón a Astiánax, que era sólo un bebé. Han sido diez años de guerra, y los griegos están dispuestos a no dejar piedra sobre piedra. Pero... espera... ¿qué es eso? ¡Oh, divino Apolo, bendita Venus! ¡¡¡Que se les escapan los troyanos!!!

Puro barroco en esta pintura que muestra a Eneas escapando de Troya, llevando en brazos a su anciano padre Anquises. Aquí está el origen de toda la historia mítica de Roma. 

               Y es que según la historia tradicional de Roma, el origen de la ciudad hay que buscarlo precisamente en la caída de esta otra ciudad, la mítica Troya, ya que mientras los griegos destruían la ciudad, uno de los troyanos, Eneas, conseguía escapar de la ciudad en compañía de su padre, el anciano Anquises, su hijo Ascanio (o Iulo, y ya veremos más adelante por qué es importante este nombre), y así como el que no quiere la cosa, se dejó atrás a su mujer, Creúsa. Y es que un olvido lo tiene cualquiera. Y es que al parecer, con estas cosas que pasaban en la Grecia mítica, Eneas llevaba la sangre de la misma Venus, ya que su padre había tenido un revolcón mitológico con la diosa de la belleza, y esta les avisó de lo que se les venía encima. Sin embargo, otra diosa, Juno, se la tenía jurada a los troyanos desde que Paris le entregara años atrás la manzana dorada etiquetada como "Para la más bella" a Venus y no a ella, que era el equivalente griego a dejar de seguirla en Facebook, así que Juno se dedicó a putearles durante siete años, haciéndoles dar carambolas por el Mediterráneo. Anquises se les murió por el camino, pero tendría un encuentro post mórtem con Eneas, que bajaría a verle al Averno, acompañado por la Sibila de Cumas, donde el espectro del anciano le mostró a su hijo la gloria de su descendencia: Roma.

               Además, en ese crucero por el Mediterráneo de Viajes Juno, una de las paradas de Eneas fue la ciudad de Cartago, gobernada por la reina Dido. Parémonos un momento aquí, que la historia de esta reina tiene su aquel. Cartago había sido fundada unos doscientos años antes por los fenicios, el pueblo con más poder comercial del Mediterráneo en aquellos tiempos, grandes marineros que extendieron sus puestos comerciales incluso más allá de Gibraltar. Su nombre en el idioma de los fenicios era Qart Hadast, o sea, Ciudad Nueva (no fueron muy originales), y su fundadora había sido ni más ni menos... ¡que la propia Dido! Y es que esta mujer, a la que también llamaban Elisa de Tiro, había llegado a las costas de África, en la actual Túnez, tierra ocupada por un pueblo que recibía el nombre de gétulos y cuyo rey, Jarbas, quiso tomarle el pelo a Dido, que le había pedido hospitalidad. Jarbas quería hacerse el graciosete delante de sus amigos, y le dio a Dido una piel de buey, diciéndole que le entregaría tanta tierra de su reino como ella fuera capaz de cubrir con esa piel. Pero Jarbas no había contado con el girl power y con que los fenicios eran listos como... bueno, pues eso, como fenicios, y Dido le hizo todo un jackass, cortando la piel de buey en tiras muy finas y utilizándolas para abarcar una colina de espaldas al mar, sobre la que la reina construiría la fortaleza de Bilsa, y ese sería el corazón de la futura Cartago.

Dido y Eneas hablando de sus cosas en Cartago, según el pintor romántico francés Pierre-Narcisse Guérin. 


               Total, que unos cien años después, ahí seguía Dido, y cuando Eneas llegó, como los dioses eran muy aficionados a las bromas, Cupido hizo que se enamorara locamente de Eneas, que al principio le hizo carantoñas, pero que cuando vio el DNI de Dido y la fecha de nacimiento, le largó un "contigo no, bicho", se acordó de que tenía un mandato divino para construir una ciudad, y se largó con viento fresco para Italia. Dido no lo pudo soportar y se clavó un cuchillo en el vientre, suicidándose (se le había olvidado el girl power y la inteligencia fenicia), y de la muerte de la reina vendría el futuro odio entre cartagineses y romanos. Total, que Eneas llegó con sus troyanos hasta el Lacio, donde se asentó finalmente y contrajo matrimonio con Lavinia, la hija del rey de los Latinos, que tenía el original nombre de Latino. Esto puso a Juno de mala leche, y envió a las Furias, que eran tres mujeres muy majas con látigos hechos de escorpiones, para que volvieran loco a Turno, el rey de los rútulos, otra tribu de la zona, pero finalmente Eneas mató a Turno.

            Evidentemente esto es una descripción mítica, pero mola. Probablemente los enfrentamientos entre latinos y rútulos tuvieran lugar, como con muchas otras tribus de la zona, pero todo el viaje de Eneas es una obra del poeta Ovidio, que escribiría la Eneida durante el gobierno del emperador Octavio Augusto, en el siglo I a.C, como un trabajo propagandístico en el que el Emperador glorificaba a Roma y a su propia dinastía, la Julia... ¿os acordáis de que dije que Ascanio también era conocido como Iulo? Pues de ahí viene Julio, y los Julios eran la familia de Octavio Augusto, así que Venus era algo así como su retatarabuela.

               Nos hemos ido muy atrás en el tiempo, a la guerra de Troya y a Eneas, y muy delante de nuestro objetivo, que es la fundación de Roma, y nos hemos ido al Imperio. Pero no hemos terminado con la historia de la fundación de Roma, y es que esta parte, la de Ovidio y la Eneida es un añadido posterior, y se nota muchísimo que los romanos ya se habían comido a todos los pueblos del Mediterráneo, incluyendo a los griegos, que eran mucho más imaginativos para las historias de este calibre. Los romanos eran más sobrios, más... serios, mucho más adustos y torvos. Y así eran también sus historias: sobrias, serias, adustas, torvas. Veréis.

Rubens representa así a Rómulo y Remo, los gemelos que fundarían Roma, rollizos y entraditos en carnes, como le gustaba a Rubens pintar a la gente. 


               En territorio latino se encontraba la ciudad de Alba Longa, cuyo fundador mítico resultaba ser Ascanio (al igual que Eneas y su nueva esposa, Lavinia, habrían fundado su propia ciudad, con el original nombre de Lavinium). De esto habían pasado siglos, claro, y ahora el rey de Alba Longa era Numitor, descendiente de Ascanio. Numitor fue expulsado del poder por su hermano, Amulio, que se cargó a todos los descendientes varones de Numitor y que obligó a su única hija, Rea Silvia, a convertirse en una virgen vestal, que era ponerle un cinturón de castidad sagrado. Y es que las vestales fueron una de las instituciones más importantes de Roma desde sus primeros tiempos, las encargadas de servir a la diosa Vesta y de mantener encendido un fuego sagrado que exigía la castidad. Cosas del fuego. Total, que allí estaba Rea Silvia convertida en monja a la fuerza. Y Marte, el dios de la guerra, que pasaba por allí cerca, vio a Rea Silvia y le dijo "¡Mozaaaa!". Que en latín viste mucho más, pero no los suficiente, así que Rea Silvia le dijo que no, que mejor otro día, pero Marte no entendía mucho de que no es no, y violó a la vestal en un bosque. Si esto fuera la historia de... yo que sé, de Argos, por ejemplo, el dios se hubiera convertido en un enjambre de abejas, que hubiera seducido a Rea Silvia con su melódico zumbido y la hubiera dejado embarazado con su miel, por ejemplo. Pero aquí hay romanos, así que todo serio. Marte a lo suyo, y Rea Silvia quedaría embarazada de gemelos, y nueve meses después nacerían Rómulo y Remo. A Amulio esto le cayó a cuerno quemado, ya que de pronto se encontraba con dos rivales para el trono de Alba Longa, así que ordenó que enterraran viva a Rea Silvia, y que ahogaran en el Tíber a los niños.  El propio dios del río se apiadaría de los gemelos y los llevaría con una loba, Luperca, un animal sagrado consagrado a Marte, que los amamantaría como si fueran Mowgli. Hay otra historia menos animal, y es que los niños quedaron bajo el cuidado de un pastor, Faustulo, y su esposa, Acca Laurentia, que antes de ser pastora, había sido una conocida prostituta, que en latín se dice "lupa", igual que loba, y quizá esa Acca Laurentia fuera la loba que amamantó a Rómulo y Remo.

               La verdad es que da un poco igual, con madrastra loba o pastora, cuando los jóvenes crecieron hicieron lo que cualquier heredero mítico exiliado tiene que hacer, o sea, recuperar su trono. Así que Rómulo y Remo se fueron derechos para Alba Longa, mataron a Amulio y repusieron a Numitor en el trono. Pero en seco. Si esto hubiera sido la historia de Argos, los gemelos hubieran descubierto su ascendencia de chiripa, se hubieran encontrado con una serpiente de doce cabezas por el camino, hubieran matado a Amulio, se hubieran casado cada uno con una hermana que luego hubieran descubierto que eran sobrinas de sus tíos, o sea, sus hermanas, uno se hubiera sacado los ojos, otro se hubiera lanzado al mar, una de ellas hubiera enloquecido y corrido por los bosques entregada a las Bacantes, y la última hubiera sacado los menudillos a los hijos de los cuatro antes de viajar a Delfos a pedir perdón. Pero eso. No son griegos. Así que... llegaron, mataron y coronaron.

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